Hace cinco años, decirle a un conocido que trabajabas escribiendo en Internet era sinónimo de snob o, al menos, de alguien que era tan ignorante como para tomarse una afición como empleo. Sin embargo, desde la explosión del social media en Internet y la cercanía del público de a pie a los más de 2 millones de entradas de blog que se publican al día, la imagen de una persona que vive de trabajar con su ordenador está “mejor vista”. Aunque, ¿ importaba igualmente? Al fin y al cabo, la buena noticia es saber que vivir de escribir es posible hoy más que nunca. Eso sí, con algún que otro matiz.
Vivir de escribir
Hace quince años, vivir de escribir tenía dos vías: hacerlo en un medio escrito o publicar un libro. Por aquel entonces poco podíamos imaginar que una conexión a Internet permitiría crear nuevos mundos en los que cada persona pudiese vertir su opinión sobre bolsos o su último viaje a Bora Bora. De esta forma, el mercado laboral se ha vuelto más democrático y los requisitos para vivir de un determinado empleo se han reinventado, con todo lo bueno y malo que ello conlleva. En ese aspecto, yo prefiero ser positivo.
No voy a negar que el SEO, la legibilidad o los atributos alt constituyen una parte menos creativa de trabajar como escritor en Internet, pero eso no desmerece el hecho de que sea un trabajo, una perfecta excusa para poder expresar una idea. En ocasiones, esa creatividad se ve más cautiva, otras puede ser infinita. Todo depende del canal, la empresa o el proyecto, pero lo importante es que cada uno de tus escritos puede tener una difusión que antes no existía. Y por la que pueden pagarte.
Trabajar como redactor freelance, blogger o cuales sean los nombres que el mundo utiliza para definir a los comunicadores de esta década es posible hoy día. Esto conlleva que al mismo tiempo la aceptación sea mayor o menos, al igual que la calidad, si bien ambos conceptos no tienen por qué ir de la mano en ciertas ocasiones, aunque debieran. Y es ahí donde entra el márketing, ese otro gran aliado al que nos vemos abocados a adaptarnos los soñadores que escribimos relatos junto a un cenicero lleno de colillas a las dos de la noche.
Porque hoy día vivir de escribir es posible siempre que tu contenido tenga difusión, tanto para un artículo corporativo como para el libro más íntimo que hayas escrito.
¿Puede todo el mundo (vivir de) escribir?
Al igual que el mundo va aceptando cada vez más el hecho de que ciertas personas puedan vivir de escribir, al mismo tiempo otros afirman que las facilidades para poder publicar hoy día es sinónimo de un arte que está decayendo. Puede que tengan algo de razón, pero no del todo.
Como bien he mencionado en los anteriores ítems, el márketing es un componente indispensable de la escritura en Internet y este aspecto conlleva unos algoritmos, optimización y psicología publicitaria no tan fáciles de manejar, pero sí de aprender si lo que quieres es que la gente lea lo que escribes. Encajar dos palabras clave en un artículo, crear una introducción interesante o estar al día de las constantes actualizaciones de la gran G no es tarea fácil aún si se trata de la base para cimentar un futuro en esto de la escritura.
Esto supone una exigencia más a quienes pretenden vivir de escribir por lo que, a pesar de lo que muchas digan, no todo el mundo puede hacerlo, o no al menos del modo correcto. El resto sólo depende de ti, de tu capacidad para transmitir, comunicar y aportar algo diferente a este mundo de forma eficaz. Para inspirar.
Y eso, a veces, es incluso más difícil.