Llegué a este libro tras leer que Gabriel García Márquez lo había tomado como inspiración para su obra cumbre Cien años de soledad. Y es que Pedro Páramo, de Juan Rulfo, está considerado como uno de los cimientos del realismo mágico que influenció el boom latinoamericano a finales de los sesenta. El resultado es una obra sujeta a muchas interpretaciones y una división peculiar, factores a comentar en esta reseña del libro de Pedro Páramo.
Pedro Páramo: las voces del desierto
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.
Así comienza el libro, con la llegada de Juan Preciado enviado por su madre a este perdido pueblo salpicado en algún lugar del desierto de Jalisco. Abundio Martínez, uno de los personajes clave hacia el final de la obra, le guía hasta la casa de Eduviges Dyada, uno de los muchos habitantes que guiarán a Juan a través de un pueblo en el que la muerte y la vida se confunde ” bajo un cielo de estrellas hinchadas de noche”. Paralelamente (por decirlo de algún modo), asistimos a la historia del pasado de Comala y, en especial, la de Pedro Páramo, dueño de la hacienda Media Luna, enamorado de Susana San Juan, la única mujer de todas con las que estuvo por la que realmente tuvo sentimientos. Como telón de fondo, la víspera de la Revolución Mexicana macera la desdicha, dictaminando la nueva era de un pueblo que susurrará para la eternidad.
Pedro Páramo es un libro en el que te sumerges o no lo haces; no existe un punto intermedio para el lector. La historia parte de una premisa que termina fundiéndose con otras historias, ambiguas y oníricas, si bien hacia el final del libro este mantiene una línea narrativa más estática. En la edición de Letras Hispánicas, numerosos anexos y apéndices preceden y continúan el libro en sí, además de un glosario de palabras presente en, prácticamente, cada una de las páginas en las que la edición de José Carlos González Boixo explica todos esos términos propios de esta zona del suroeste mexicano. En ese aspecto, muchas palabras son comprensibles sin necesidad de ojear el pie de página continuamente.
Ediciones aparte, Pedro Páramo es un libro hipnótico cuya atracción reside en reconocer cada tiempo y el estado concreto de unos personajes que buscan en la muerte el consuelo a sus pecados y la felicidad eterna, un argumento con el que Rulfo pretende cuestionar la influencia de la Iglesia en las vidas de las gentes empobrecidas y desdichadas que representan la mayoría de personajes. De hecho, recomendaría buscar algún que otro resumen en Internet a la hora de guiarnos, especialmente durante unos primeros capítulos en los que el aluvión de personajes puede confundirnos un poco.
No obstante, a pesar de todos esos personajes como Juan Preciado, Lucas, Miguel o Pedro Páramo, Damiana Cisneros o Susana San Juán, el gran protagonista es Comala, otro de los grandes pueblos ficticios de la narrativa hispana. El lugar está inspirado en las localidades del distrito de Sayula, donde el autor Juan Rulfo nació en 1917, año en el que las consecuencias de la Revolución Mexicana habían empobrecido a los locales.
En 1935 el autor se trasladó a México D.F. donde combinó su labor de escritor con empleos como secretario para Gobernación, en el sector archivos de Migración, o como publicista para la empresa de automóviles Goodrich. Tras escribir varios cuentos publicó la compilación El llano en llamas (1953), en la que ya se incluían relatos ambientados en Comala. Finalmente, en 1955, publicaba Pedro Páramo, su obra cumbre. Pasarían muchos años hasta escribir una nueva novela; fue en 1980 y se llamó El gallo oro. Finalmente, el escritor murió en 1986 dejando tras de sí una trayectoria colmada de premios e influencias para las nuevas generaciones.
Pedro Páramo es un libro que entusiasmará a los amantes del realismo mágico y los retos literarios. Sin embargo, aquellos que no se sumerjan en la historia deberían replantearse posponer ese viaje a las ocres llanuras de un Jalisco desconocido.